Alejo Franzetti

De Alejo Franzetti

Alejo Franzetti

BIO

Alejo Franzetti nació en 1985 en Buenos Aires. Estudió en la Universidad del cine y realizó films de distintas duraciones, entre ellos “El contrabajo” y “Dos experiencias en el bosque”.

Actualmente reside en Berlin, donde realizó estudios en la Universidad de las Artes. Está terminando su primera película filmada allí. Desde 2014 organiza junto a otros colegas la muestra de cine argentino INVASION (www.invasionberlin.com).

Hay un objetivo pendiente, un problema importante en el cine argentino que se resume en una palabra: Difusión. Las películas (se supone) son hechas para que sean vistas y no para que simplemente recorran festivales. Esto no es un problema particular de los films nacionales que no encuentran pantalla para mostrarse, sino que afecta a la cultura cinematográfica en general; al no contar con un circuito de exhibición digno, se priva a los espectadores argentinos del acceso a films internacionales (para resumir de alguna manera) que no sean producidos en Hollywood. Es una forma de la censura (económica).

Utopía número 1: Un circuito de pequeños cines dedicado a estrenos nacionales e internacionales. Salas para 200, 100 espectadores (o inclusive menos), que no requieran gran mantenimiento, pero con buena calidad de imagen y sonido. Una o dos salas por provincia, subsidiadas por el INCAA y apoyadas por las áreas de Cultura de cada provincia. Salas pequeñas en donde puedan estrenarse los films (nacionales y extranjeros) que agotan entradas durante el Bafici y el festival de Mar del Plata. Salas pequeñas con quienes las Distribuidoras pequeñas puedan negociar sin extorsión e injusticia.

Utopía número 2: La esperada creación de la Cinemateca Nacional. Basta visitar a los hermanos mexicanos (www.cinetecanacional.net), brasileños (www.cinemateca.gov.br) o uruguayos (www.cinemateca.org.uy) para entender que es una ausencia absurda y que ese sueño no puede ser un horizonte tan lejano.

Pero mientras esperamos que alguien nos oiga, Cinemargentino propone una solución efectiva. Además de la obvia rapidez y facilidad de ver películas solos en nuestras casas a toda hora y en todo lugar, me gusta pensar su potencialidad, sus posibilidades hacia la experiencia cinematográfica. ¿Qué es (era) un cine? Una sala oscura, una imagen ampliada, una cierta cantidad de parlantes fieles, un número de espectadores. Esa experiencia que permite que una cabeza gigante (un primer plano) nos interpele en la oscuridad. Y la posibilidad, a la salida, de hablar con alguien sobre lo que acabamos de ver.

En Cinemargentino las películas están ahí; solo hace falta mostrarlas. ¿Por qué no reunirse en el living de una casa, pedir un proyector prestado en la escuela, juntar unos buenos parlantes y programar pequeños ciclos? Los directores y productores han cedido los derechos para favorecer la exhibición. Largos y cortos hay suficientes como para ir programando nuestros propios festivales. Ensayemos, entonces, una invitación a recorrer la interesante variedad que ofrece Cinemargentino.

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